Respiración y plásticas
La pauta respiratoria determina la carga energética en el cuerpo.
La profundidad, el ritmo y la extensión de la onda respiratoria traza los matices de la sensibilidad, la vitalidad y los afectos.
La respiración sigue el pulso de la corriente endodérmica, la capa más profunda del metabolismo, la más orgánica y primaria.
Esta corriente recorre los espacios oscuros y hondos del cuerpo, el abdomen y su triperío, los jugos, líquidos, hormonas y sangre que circulan, yendo y viniendo con información, estimulación, emociones.
Espesura de las interioridades opacas, mudas e inaccesibles.
La cualidad respiratoria devela el hábitat que nos resulta más familiar en tanto escenario somático.
Cuando es superficial, por ejemplo, estamos en los bordes, en las extremidades, moviéndonos de un lado a otro. Ansiosos, inquietos, aéreos y mentales. Poco contacto, más sensorialidad y menos sensación de centro, mucha data y palabrerío.
Si es profunda y lenta, el cuerpo se ablanda, se abre y responde a las sensaciones. Las emociones se experimentan como corrientes que recorren y estremecen. Hay más sensación de gravedad, de bordes pero también de centro.
Si es alta y torácica, nos envalentonamos, sacamos pecho y metemos pa`delante con pose autoritaria. Hay marcialidad, agresividad y enfoque. Los bordes se engrosan, se mete la panza y se alzan los hombros (postura arquetípica de soldado).
Muchas son las combinaciones y sus plásticas, tantas como seres en continuo pulso polar, inhalación-exhalación, adentro-afuera.
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Psicorregiones
Territorios como potencias de lo sensible.
Geometrías y geografías de la psique.
Victoria
@psicologiasomatica
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