SujetosBits

 


Somos compelidos a lo abierto.  

La agorafobia es lo terrorífico de estos tiempos que no permiten bordes.   

Nos succiona el estallido vinculante. 

En esta atemporal instantaneidad, las lógicas de lo instituido van enmudeciendo, parecen  

haber perdido la capacidad de nombrar lo Real que avanza potente y siniestro. Una corriente 

más profunda las hace colapsar. 

El depredador de la Psique anda suelto.

Las fijezas de las formas se diluyen, se vuelven más y más porosas. Lo sólido se licúa en 

un derribamiento constante de los significantes.  

La única solidez que le queda al sujeto es la del propio cuerpo, último territorio, última frontera ante el 

delirio del espacio abierto. Pero, ¿es seguro tener un cuerpo? ¿puedo confiar en él? ¿es peligroso?, 

¿quién decide sobre él?

¿Qué es hoy estar sano? Portar una suerte de marca, una insignia. Se debe probar la propia salud 

como quien acredita no tener antecedentes penales. Del certificado de buena conducta al carné 

de vacuna. Lo punitivo-normativo ajusta cláusulas. Del criminal, sus dispositivos de encierro y los 

discursos sobre seguridad al "no vacunado", el aislamiento voluntario y los protocolos sanitarios.  

Nuevas categorías de ordenamiento simbólico en las que todos somos sospechosos, no ya por nuestras 

conductas, sino por nuestra corporalidad pasible de volverse contagiante. 

Enmascarados del propio territorio deseante, que debe ser diagramado y certificado, 

devenimos sujetossuperficie, aterrorizados del propio cuerposospecha que deviene constante portador 

del peligro de enfermar, de ser culpable, de contagiar, de ser egoísta porque 

N o s c  u i d a m o s e n t r e t o d o s. 

Quedáte en casa que te llevamos todo.

Encapsulados, caemos en la trampa del Goce total que se vuelve, entonces, demoníaco. 

Somos atomizados en la implosión deseante que pulsa ciega y transparente. 

El forzamiento de la positividad enredando subjetividades formateadas, precocidas;  sensibilidades de 

pancartas, shots de dopamina en cada clic militante, porno, político, fan. 

La sensibilidadsocial excitada al mango se conmueve y repostea sin despegar el culo del 

sillón, en una chatura simbólica que aglutina a través de hashtags. 

Algoritmos cautivantes ejecutando imagos y fantasmáticas. Un gran Otro que lo ofrece todo, dándose 

entero para llenarte en tu porosidad anhelante. Mientras te llena, te aprisiona, esclavizándote en una 

simbiosis desestructurante. 

Se agotan las opacidades en una ferviente abolición de la interioridad. La intimidad del cuerpo con sus 

microscópicas celularidades es la última batalla, penetrar sus profundidades es la nueva cruzada. 

Ya no quedan escondites. No hay posibilidad de sombra.  

Nos volvemos superficie, lisura. 

Un conglomerado de bits para el TecnoDiosNube.

 


 V

Primavera 21




Imagen: The weight of the world, Etel Adnan


 

 

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