Boadella. Garganta
El Centro de la garganta
Su función nuclear es la comunicación o sonorización. Está relacionada con lo bien que podamos expresar al corazón por medio de la voz, y hablar claramente sobre nuestras percepciones y sentimientos.
Nuestra capacidad para ser expresivos en general y creativos en nuestro lenguaje y voz es indicativa de la salud de este centro.
Sus perturbaciones aparecen como dos distorsiones en el lenguaje: la introyección (que consiste en aceptar las opiniones de los otros y tragarlas sin ningún discernimiento y sin prestar atención a lo que uno mismo siente), y la proyección (que consiste en atribuir a los otros características que uno no está dispuesto a reconocer en sí mismo).
Cuando este centro está bloqueado, proliferan las culpas y las acusaciones.
El modo como realmente elaboramos los sonidos de la comunicación es también una función del desarrollo del contacto. Para hablar articulada y expresivamente debe haber una coordinación rítmica entre los órganos del habla y la respiración. La columna de aire resuena en el pecho, la garganta y las cavidades de la cabeza. Si cualquiera de estas zonas está bloqueada, el flujo suave de la voz se interrumpe y resulta alguna forma de inhibición vocal.
En palabras de John Pierrakos: "La voz expresa o bloquea los movimientos vibratorios provenientes del núcleo (core) en el organismo. Lo que mueve a una persona es su actitud interior. Los movimientos pulsantes de la vida, de los cuales el campo energético es una expresión, se combinan con los movimientos físicos del cuerpo en un funcionamiento unitario. Cuando unos y otros son libres, el organismo resuena y se enciende. Entonces se experimenta el cuerpo con placer, sus movimientos son armoniosos, su voz es melodiosa y se mueve con libertad en una gama amplia. Se puede decir que la aptitud para expresar vocal y verbalmente la gama completa de los propios sentimientos es una medida de la salud. En la vida, dar voz a los sentimientos, hablar, es un derecho humano de nacimiento. Tragarse los sentimientos y permanecer en silencio es retener interiormente y entumecer el alma. Este proceso equivale al sufrimiento crónico, a darse por vencido y morir lentamente".
La exteriorización sonora de la propia verdad, en el encuentro franco con otra persona, es una necesidad esencial para lograr enraizarse en el propio tiempo vital y espacio corporal. Cuando esto sucede, surge una especie de inteligencia orgánica que no tiene que ver con el razonamiento o la manipulación de conceptos; la persona y su experiencia dejan de estar separadas."
Corrientes de vida
David Boadella
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